Tengo la sensación de tener unos bichos en las puntas de los pies cada vez que me apetece bailar. Que el pelo se me enreda con las ramas de los árboles, y que a veces se ocultan los pájaros por medio, tratando de hacer nidos en lo profundo de mis pensamientos. Las flores se me crean y se me destruyen en el pecho, cada vez que me siento querida y me dejo ser querida. Las primaveras se me encienden en cada abrazo. Me despiertan los amaneceres de tres soles por la mañana, como si mis mejillas fueran un cielo rojo. Mi hábitat es un microclima, una casa de animales y flores salvajes, y tú, visitante, bienvenide a mi hábitat.